El cuerpo suele avisar
Publicado en la revista MESALUT el mes de Octubre de 2014.
Hará unos 5 años que empecé a introducirme en el mundo del footing. Ahora tengo 43 y, como mucha gente que he conocido a lo largo de estos últimos años, empezé porque quería cambiar mis hábitos sedentarios, ya que mi físico me empezaba a pasar factura.
He sido aficionado al deporte desde que era joven; practicaba fútbol, tenis, baloncesto … Pero con el paso del tiempo, y a medida que pasan los años, tenemos tendencia a dejar de lado estas aficiones por varios motivos: estudios, trabajo, etc., hasta que llegamos al punto que abandonamos la práctica de cualquier tipo de actividad física.
Me daba cuenta de que mi cuerpo, poco a poco, se iba atrofiando. El hecho de estar ocho horas diarias trabajando, sentado en una silla delante del ordenador, junto con las preocupaciones del trabajo, me originaba molestias en la espalda que cada vez eran más seguidas. Así, se reproducían episodios en los que me quedaba totalmente enganchado, sin poder moverme … Todo ello, acompañado de un poco de sobrepeso, me hizo replantear un cambio de hábitos para mejorar mi estado de salud.
Había que combatir el sedentarismo, y la forma más sencilla y más práctica que se me ocurrió era calzarme unas zapatillas y empezar a correr.
Primero empecé a rodar un poco por mi cuenta, pero después entré en contacto con gente conocida que era muy aficionada a hacer carreras los fines de semana. De este modo, poco a poco, fui adentrándome en este mundo tan apasionante y tan sano. El hecho de correr me permitió superarme a mí mismo, desconectar de la rutina, olvidar los problemas, mejorar la salud, hacer nuevos amigos, sentirme más libre … En definitiva, el hecho de correr me permitió encontrarme bien conmigo mismo.
Las carreras son, en la actualidad, mi afición. Los entrenamientos que hago para preparar este tipo de eventos (entre 10 y 21 km) y llegar al objetivo que me he propuesto son cada vez más exigentes y más duros. Por tanto, como exijo más al cuerpo, comienzan a aparecer las temidas lesiones.
No conozco ningún corredor popular que no haya tenido nunca ninguna lesión. Parece inevitable que, más tarde o más temprano, el corredor deberá detener una temporada su actividad por culpa de algún problema físico más o menos grave.
En mi caso, las lesiones musculares habían sido un continuo. Pero en la mayoría de casos las lesiones son evitables, porque el cuerpo suele avisar cuando tiene algún problema que puede desembocar en lesión. Escuchar el cuerpo y, evidentemente, utilizar los principales métodos de prevención deberían ser las dos máximas principales del corredor.
La visita al fisioterapeuta debería ser un hecho habitual en el corredor de fondo. Todo depende de cada persona, de los entrenamientos, pero visitar el fisioterapeuta una vez cada 15 días es del todo recomendable. Incluso es bueno ir en aquellas semanas en que se incrementa el volumen de kilómetros y que el riesgo de lesiones aumenta considerablemente por la fatiga muscular acumulada y la gran cantidad de impactos y vibraciones que reciben nuestras articulaciones, tendones y músculos.
En el Centro Kine he encontrado los profesionales adecuados, ya que tienen una larga experiencia y una trayectoria que los avala. Sus conocimientos en prevención y actuación ante las lesiones de la práctica deportiva son excelentes. Ellos me han enseñado a tomar conciencia de la importancia de escuchar mi cuerpo ya tomar las medidas para evitar y prevenir lesiones.
Para mí es muy importante contar con ellos, ya que me ayudan para que correr siga siendo mi gran pasión. El hecho de poder correr me permite lograr un mejor equilibrio psíquico, la mejora en el funcionamiento de los órganos internos, un estado de forma física óptimo y, además, me hace sentir libre y, como consecuencia, más feliz.
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