Intoxicamos nuestro cuerpo. Pero, lo desintoxicamos?
La conveniencia de desintoxicar nuestro cuerpo surge de la necesidad de eliminar residuos tóxicos que acumulamos por el solo hecho de estar vivos.
Nuestros órganos se debilitan cuando aumenta la formación y depósito de toxinas. El exceso de toxinas es la causa de muchos malestares y enfermedades.
El estilo de vida actual conlleva un cúmulo de toxinas de todo tipo: químicas, emocionales, energéticas,… que hay que eliminar para prevenir enfermedades. Lo que comemos puede contener sustancias (algunos colorantes, conservantes, aditivos con diferentes funciones, metales pesados,…) no asimilables por el organismo humano, que con los años acaban acumulándose en diferentes órganos de nuestro organismo (sobre todo en el hígado, el riñón, en las articulaciones,…). Asimismo, lo que respiramos también puede ser fuente de tóxicos que nuestro cuerpo difícilmente puede eliminar. De igual manera lo que pensamos, sentimos, vemos, … etc puede provocar en nuestro organismo una serie de reacciones químicas no saludables (reacciones de miedo, de rabia, de tristeza, de angustia,…). Estas emociones son también potencialmente generadoras de toxinas que hay que evitar.
En condiciones de normalidad y si mantenemos unos hábitos de vida saludables, nuestro organismo es capaz de hacer frente a todas estas toxinas y eliminarlas y lo hace a través de la piel, los pulmones, la orina y de las heces.
Hay personas que por diversas razones (habitualmente condicionantes genéticos) tienen una capacidad de desintoxicar limitada. Asimismo hay momentos en la vida de las personas en las que esta capacidad se ve disminuida por diferentes causas (dietas poco saludables, falta de ejercicio físico, estreñimiento crónico, enfermedades crónicas y sus tratamientos,… etc) y hay una necesidad de reforzar esta manera fisiológica que tiene el organismo humano de deshacerse de lo que le es insalubre.
La «limpieza de nuestros filtros» (hígado, riñones,…) es conveniente hacerlo de manera preventiva en personas sanas un par de veces al año. Es especialmente importante en las personas que padecen enfermedades crónicas, tomen o no medicación. En este último caso limpiar los filtros es doblemente importante: para combatir la toxicidad que genera en el cuerpo la propia enfermedad y para eliminar los residuos de los fármacos indicados para el tratamiento de la misma en su caso.
Espero que haya sido de tu interés.
Un abrazo,
Jordi Segura.
Director y osteópata de Centro Kine.
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