Desintoxicamos nuestro cuerpo?

Paracelso (1493-1541) aportó a la Medicina muchos conceptos aceptados actualmente. Una de las aportaciones más interesantes es la conveniencia de desintoxicar el cuerpo que surge de la necesidad de eliminar residuos tóxicos de nuestro organismo.

En su libro «Tratado Acerca de las Enfermedades producidas por el tártaro» explica que los órganos se debilitan cuando aumenta la formación y depósito de toxinas y esta es la causa de muchas enfermedades.

El estilo de vida actual conlleva un cúmulo de toxinas de todo tipo: químicas, emocionales, energéticas,… que hay que eliminar para prevenir enfermedades.

Lo que comemos puede contener sustancias (algunos colorantes, conservantes, aditivos con diferentes funciones, metales pesados,…) no asimilables por el organismo humano, que con los años acaban acumulándose en diferentes órganos de nuestro organismo (sobre todo en el hígado , en el riñón, en las articulaciones,…). Asimismo, lo que respiramos a menudo también puede ser fuente de tóxicos que nuestro cuerpo difícilmente puede eliminar. De igual manera lo que pensamos, que sentimos, que vemos,… etc puede provocar en nuestro organismo una serie de reacciones químicas no saludables (reacciones de miedo, de rabia, de tristeza, de angustia, ..). Estas emociones, por tanto, son también potencialmente generadoras de toxinas que hay que evitar.

En condiciones de normalidad, y si mantenemos unos hábitos de vida saludables, nuestro organismo es capaz de hacer frente a todas estas toxinas y eliminarlas. Esta eliminación la hace a través de la piel, los pulmones, de la orina y de las heces.

Pero hay personas que por diversas razones tienen una capacidad de detoxicar limitada. Asimismo hay momentos en la vida de las personas en las que esta capacidad se ve mermada por diferentes causas (dietas poco saludables, falta de ejercicio físico, estreñimiento crónico, enfermedades crónicas y sus tratamientos, … etc). Por eso hay una necesidad de reforzar esta manera fisiológica que tiene el organismo humano de deshacerse de lo que le es insalubre.

La «limpieza de nuestros filtros» (hígado, riñones,…) es conveniente hacerla de forma preventiva en personas sanas un par de veces al año. Y es especialmente importante en las personas que padecen enfermedades crónicas, tomen o no medicación. En este último caso limpiar los filtros es doblemente importante: por una parte, para combatir la toxicidad que genera en el cuerpo la propia enfermedad y, por otra, para eliminar los residuos de los fármacos indicados para el tratamiento de la misma en su caso.

Espero que haya sido de tu interés.
Un abrazo,
Jordi Segura.
Director y osteópata de Centro Kine.