Dolor Cervical
Publicado en la revista MESALUT el mes de junio de 2014.
Mujer de 52 años que va al osteópata con dolor crónico a nivel cervical y a veces también con dolor lumbar. Tiene antecedentes de operaciones meniscales de rodilla, latigazo cervical y osteoporosis. Los masajes no merman su dolor y pide visita con el osteópata del Centro Kine para buscar una solución alternativa.
En la visita de osteopatía se observa que es un problema de postura. Tiene una gran hipercifosis junto a una escoliosis, y un acortamiento del tendón central torácico y de todas las partes blandas anteriores (parte anterior del cuello, musculatura pectoral …) que lleva a una postura encogida y en la progresiva aparición de una gran curvatura en la parte alta de la espalda. La musculatura cervical debe soportar este patrón postural y se contractura produciendo dolor. Al ser un problema anterior, el masaje sólo es probable que mejore su estado en casos muy dolorosos y por un espacio corto de tiempo.
Empezó la reeducación postural con el método Mezieres. En la evaluación, observé el aumento de la curvatura de la espalda y la hipercifosis.
Los hombros se encontraban anterioritzados, la curvatura lumbar y cervical era menor de lo habitual y también presentaba alteración de la posición pélvica y unas rodillas en recurvatum que daban predisposición a sufrir desgaste e inestabilidad de rodillas.
El tratamiento duró 10 sesiones, una vez por semana, dirigidas principalmente a abrir la parte anterior del tórax dado que el aumento de la curvatura de la espalda estaba ocasionada por el acortamiento de los tejidos de la parte anterior.
Iniciamos un tratamiento sobre la respiración ya que debido a la alteración postural había una deficiencia del ritmo respiratorio y, además, este trabajo de la respiración nos permitía liberar tensiones en el tórax. Seguimos con un tratamiento de las cadenas musculares y las fascias que recorren la parte anterior del tórax, los brazos y el cuello, con un progresivo estiramiento en unas posturas específicas para aumentar su efectividad y trabajar también sobre la conciencia corporal. En la segunda sesión, la paciente decía que notaba una respiración más libre, que el estiramiento le permitía coger más aire y por lo tanto tener una mejor ventilación; lo cual es importante para la oxigenación de todos los tejidos del organismo.
En la tercera sesión añadimos un trabajo de las extremidades inferiores, trabajando el cuerpo de forma global. Estaba enfocada a estirar toda la parte anterior. Empezamos con posturas en bipedestación que además provocan un efecto positivo sobre la mejora de la conciencia corporal y del equilibrio.
También trabajamos durante las siguientes sesiones la cadena posterior. En una sesión de reeducación postural conseguimos una mejora notable de su flexibilidad y tuvimos relajar las tensiones a nivel de las articulaciones de la mandíbula ya que éstas influyen notablemente en la postura. A medida que íbamos avanzando las sesiones, la exigencia y la implicación que se pedía al paciente era mayor. Así conseguiríamos que se produjera un cambio a nivel de esquema corporal y que éste perdurara en el tiempo.
La musculatura cervical casi no fue necesario trabajarla, dado que el dolor era a consecuencia de su mala postura y una vez mejoró la postura, el dolor crónico desapareció un 90%.
Con todo este trabajo, la paciente logró una libertad en la respiración, una mejoría en la flexibilidad, una postura correcta con la espalda más recta y una disminución general del dolor.
En la actualidad realiza ejercicios en casa y viene mensualmente al centro para hacer un mantenimiento.
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